Christmas is here...

...bringing gold cheer.




¡Holo, ángeles caídos!

La entrada de hoy gira entorno a la Navidad, pero debido a que de esta época del año me gustan pocas cosas, me voy a centrar en uno de los aspectos "simbólicos" de ésta: la comida.

Yo hago comidas familiar navideña en años alternos, es decir, un año con todos mis hermanos juntos y otro no. Este año estábamos mis padres y yo solos en casa así que, como ya hemos hecho antes, nos fuimos al WOK a comer.

¡MADRE MÍA DEL AMOR HERMOSO! El buffet estaba a reventar. A penas podían pasar los camareros para indicar cuál es la mesa correspondiente a cada familia. A nosotros nos ha tocado en la parte posterior y eso me ha disgustado un poco porque odio tener que pasar con el plato por entre un montón de mesas. ¿¡Y SI SE ME CAE LA COMIDA Y LA GENTE SE RÍE!? Me siento observada y me pongo nerviosa, aunque la gente esté pendiente de su comida.

Esa es otra... LA GENTE ES UNA ANSIA ROTA. El camarero reponía los tallarines y al segundo ya había dos señoras acaparando el puesto. Cuando se iban habían vaciado la mitad del cuenco. MALDITAS *puño alzado*. Por otra parte, en las aglomeraciones de gente, los niños pequeños aprovechaban y se colaban entre la gente para ir hacia la comida. No son listos ni nada... Y seguro que los padres les alentaban a coger mucha comida. Debo decir que me encontré con una chica que me contó que su hermano (que es más pequeño que ella) estaba tranquilamente en la zona del buffet y una señora le dijo: "acaba que quiero comer". A ver, señora, TODOS queremos comer. De nada.

Como ayer había tanta gente que incluso había familias que habían reservado mesa, tenías que hacer una cola interminable en la plancha. Yo me agobio muy rápido tanto por esperar como por la gente, así que cogí poca variación de comida. Eso sí, me hinché a arroz y pan dulce hmmm. Mis padres, en cambio, tuvieron la valentía suficiente de ir a la plancha. Me quedé sola en la mesa más de un cuarto de hora en Twitter. No quería seguir comiendo porque me daba vergüenza, a pesar de que prefiero comer sola en el WOK que en la cafetería de la universidad. Después, mi padre llegó y conversamos muy poco porque somos así (?). Mi madre seguía metida en el mar de gente, por lo tanto, le sugerí a mi padre que fuese a rescatarla. Cuando había pasado una media hora desde que mi madre se había ido, aparecieron. Adivinad: le habían quitado el plato a mi madre dos veces. Es lo que os digo, la gente es una ansia.

Finalmente tomamos el postre que consistía, entre otras frutas, de piña. Pero eso no era piña. Yo digo que se trataba de un cruce entre piña y melón. Una cosa un tanto extraña...

Ahora os voy a dar unos consejos para cuando vayáis a un buffet libre en Navidad:

1. Reservad mesa, que seguro que os ponen más cerca de la zona de la comida.

2. Llevaos cascos, coderas, rodilleras y espinilleras. Conseguir comida será más difícil que sobrevivir a la arena de los 74º Juegos del Hambre.

3. Tened el móvil cargado y unos auriculares. Son muy útiles si te vas a quedar sol@.

4. Si sois varias personas en vuestras familias y vais haciendo turnos para levantaros, pactad en ir a por la pasta, a ver si uno de vosotros puede conseguir. Es lo que desaparece más rápido.

5. Dejadle propina al camarero/camarera que os atendió, que en realidad se está matando por no tardar en llevar la bebida y limpiar. ¡Hace un buen trabajo y seguro que te lo agradece!

Hasta aquí la entrada de hoy. Pero antes... ES TIEMPO DE VER PESADILLA DE NAVIDAD Y EL GRINCH, ¡NO OS LAS PERDÁIS! Son dos películas que las recomiendo ver sea la época del año que sea :3

¡Ariós, ángeles caídos! Feliz Naviween.



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